Algún día las fotopapeletas regresarán. Sí, el horror. Sin embargo ¿Qué lecciones aprendieron nuestras autoridades después del retroceso de la fiscalización electrónica?
Yo les digo: adecuada señalización. Y, ¿cómo se corrige eso? Con auditorías viales.
La biblia de las señales de tránsito es el Manual de Dispositivos de Control de Tránsito Automotor para Calles y Carreteras. En él se dice cómo deben ser las señales y cómo se utilizan. Cuando las señales no se adecuan al manual -como sucedió en el caso de las fotopapeletas- ¿quién supervisa? ¿quién sanciona?. El manual dice:
Los dispositivos para el control de tránsito en calles y carreteras solo deberán ser colocados con la autorización y bajo el control del organismo competente, con jurisdicción para reglamentar u orientar el tránsito y de acuerdo con las normas establecidas en el presente Manual.
Bueno, he ahí el primer problema: tenemos muchas instituciones que se encargan de la gestión de nuestras vías: está el MTC con sus Provías Nacional y Descentralizado, los Gobiernos Regionales, las Municipalidades Provinciales y Distritales. Mención aparte merece la infraestructura vial concesionada. Entonces, ¿quién tiene jerarquía sobre quién? Si el MTC hace el manual y no lo cumpliese, ¿qué pasaría?
Mientras ese problema se resuelve o ya tiene solución, tal vez sea la Contraloría General de la República la que termine sancionando los incumplimientos al manual. Y para su detección, las auditorias viales cumplen dicho rol.
Nuestro amiwi David Fairlie – Ingeniero de Tránsito – se ha dedicado estos últimos tiempos a tuitear sobre miles de incumplimientos al manual usando Google Street View. Ejemplos sobran:
Por su aporte a la buena ciudadanía, doy la bienvenida a su recién estrenado blog «Tráfico en Contra»: Auditorías viales guerrilla para tu consumo
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